Oaxaca es el único estado del país que no cuenta con ejes troncales, es decir no cuenta con una autopista que atraviese en su totalidad a la entidad sureña. Desde que Heladio Ramírez con determinación impulsó y concretó la construcción de la supercarretera Oaxaca – Cuacnopalan, en Oaxaca ningún otro tramo carretero de la misma envergadura ha podido concretarse.
Han pasado 21 años desde que el ex gobernador José Murat en 1999, inició con nuevos proyectos de autopistas en la entidad, sin embargo, 4 administraciones han utilizado como lema de campaña el desarrollo y progreso con la entrega de dichas autopistas en el Istmo y en la costa oaxaqueña sin lograr resultados, incluso las transiciones y alternancias entre gobiernos estatales y federales dieron esperanza de poder concluir los tramos carreteros: José Murat – Zedillo – Fox, Ulises Ruiz – Fox – Calderón, Gabino Cué – Calderón – Peña hicieron las mismas promesas, fallaron en el cumplimiento. La última administración estatal – federal, Alejandro Murat – Peña – AMLO llega a su fin y tampoco logrará cumplir aquellas viejas promesas.
El tramo Barranca Larga – Ventanilla que conecta a la costa oaxaqueña estuvo prácticamente sin avance 10 años, en 2016 Alejandro Murat en campaña prometió entregar la autopista en 15 meses, el apoyo del gobierno priista encabezado por Enrique Peña Nieto fue absoluto, todos los rubros y programas sociales operaron como nunca en la entidad oaxaqueña, pero las autopistas no avanzaron, en julio de 2020 frente al presidente López Obrador se reconoció un avance del 62% en la magna obra; hoy se reconoce un 64% de avance, lo que significa apenas un 2% respecto al año pasado.
La corrupción, falta de planeación al arranque de la obra, una mala gestión en los derechos de vía, las peticiones incumplidas en infraestructura en municipios afectados y los conflictos agrarios que se han suscitado todos estos años, han detenido la obra que quedará como un reto para cualquiera que aspire a gobernar la entidad sureña, no hace falta saber mucho de política para augurar que la conclusión de las autopistas volverá a ser una promesa recurrente de las campañas que se avecinan en 2021 y 2022.
A muchos les conviene que la obra no concluya este sexenio, representa un gran botín económico y político, esta obra no solo conectara a la costa oaxaqueña detonando al sector turístico, también impulsará servicios de salud y educación a la vez que le dará un nuevo dinamismo económico y social a todas las comunidades que el tramo carretero atraviese a su paso.
Habrá que esperar por lo menos de 6 a 8 años más para ver la conclusión de las obras, nadie tiene prisa y con suerte los oaxaqueños tendrán en el próximo gobernador o gobernadora al héroe de la película, el mandatario que pasarán a la historia al inaugurar los tan ansiados ejes carreteros que detonen el desarrollo en el istmo de Tehuantepec y la costa oaxaqueña, dos de las zonas más pobres de la entidad.
Fernando Tavares
@lamuladeblancas